Esta es mi Patria: un montón de hombres; millones de hombres; un panal
de hombres que no saben siquiera de donde viene el semen de sus vidas intensamente
amargas.
Esta es mi Patria: un río de dolor que va en camisa y un puño
de ladrones asaltando en pleno día la sangre de los pobres. Cada Gerente
de las Compañías es un pirata a sueldo; cada Ministerio del Gobierno Democrático un
demagogo que hace discursos y que el pueblo apenas los entiende.
Ayer
oí decir a uno de esos técnicos expertos en cuestiones económicas; que todo marcha
bien; que las divisas en oro de la patria iluminan las noches de Washington;
que nuestro crédito es maravilloso; que la balanza comercial es favorable; que
el precio del café se mantendrá como un águila ascendiendo y que somos felíz
que vive y canta.
Así marcha y camina la mentira entre nosotros. Así las
actitudes de los irresponsables. Y así el mundo ficticio donde cantan como canarios
tísicos, tres o cuatro poetas, empleados del Gobierno.
Digan, griten,
poetas del alpiste. Digan la verdad que nos asedia. Digan que somos un pueblo
desnutrido. Que la leche y la carne se la reparten entre ustedes después
que se han hartado los dirigentes de la cosa pública.
Digan que el rábano
no llega hasta las mesas pobres; que diariamente mueren cientos sin asistencia
médica y que hay mujeres que dejan la uva de su vientre a plena flor de
calle.
Digan que somos lo que somos un pueblo doloroso, un pueblo analfabeto, desnutrido
y sin embargo fuerte porque otro pueblo ya se habría muerto.
Digan que somos,
eso sí, un pueblo excepcional que ama la libertad muy a pesar del hambre en
que agoniza. |


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Yo grito, afirmo y aseguro: En todas partes donde vivo, el
cerro. En todas partes donde canto, el hambre El hambre y el dolor junto a
los hombres. La miseria golpeándoles la vida hasta quebrar el barro mas cocido
del alma.
Y a ésto amigo se le llama Patria y se le canta un himno y
hablamos de ella como cosa suave, como dulce tierra a la que hay que entregar
el corazón hasta la muerte. Mientras tanto al occidente de la casa que ocupo hay
una imagen encaramada en el mundo (¡mayor razón para que viera claro!) y allá
junto a sus pies de frío mármol una colonia alegre se va en las tardes cantando,
a los cinemas
Bajo la sombra de "El Salvador del Mundo" se mira
el rostro de los explotadores. Sus grandes residencias con sus ventanas que cantan. La
noche iluminada para besar en Cadillac a una muchacha rubia.
Allá en el
rostro de la Patria, un gran dolor nocturno: allá y yo con ellos, están los explotados. Los
que nada tenemos como no sea un grito universal y alto para espantar la noche.
Allá
las mesa de pino; las paredes húmedas; las pestañas de las tristes candelas; la
orilla de un marco de retrato apolillado; los porrones donde el agua canta;
la cómoda dende se guardan las boletas de empeño; las desesperadas camisas;
el escaso pan junto a los Lunes huérfanos de horizontes; el correr de los amargos
días ; las casas donde el desahucio llega y los muebles se quedan en la calle mientras
los niños y las madres lloran.
Allá en todo ésto, junto a todo ésto, como brasa
mi corazón denuncia al apretado mundo la desolada habitación del hombre que sostiene el
humo de las fábricas.
Esta es la realidad.
Esta es Mi Patria: 14 explotadores y
millones que mueren sin sangre en las entrañas.
Esta es la realidad.
Yo
no callo aunque me cueste el alma! |