LOS
DOS BURROS
Caminaban
dos Burros compañeros
contemplando
los campos placenteros
y las
magnificencias del paisaje
que
ostentaba a sus plantas la cañada,
y allá, en
el horizonte, la alborada
de sutil y
magnífico ropaje.
Aquel que,
de los dos, quiso el destino
que no llevara
carga sobre el lomo,
interrumpía
a ratos su camino,
daba
corcovos sin ningún aplomo
y luego,
rebuznando satisfecho,
avanzaba
otro trecho.
En la
abrupta montaña
estaba la
cabaña
donde vivía
un leñador, del dueño;
y en el día
del cuento
el amo
recibió con duro leño
al Burro
que llegaba más contento.
Ya pasado
aquel susto
de palos:
-Hombre injusto
le dijo el
Burro de coraje lleno
-¿por qué
me has apaleado en demasía?
No traigo
carga ni el molesto freno
que me
indica el deber de cada día.
El amo le
contesta:
-Si
subiendo la cuesta
y viniendo,
por cierto, muy cargado,
hace ratos
llegó tu compañero,
¿por qué,
dime, sin carga te has tardado
cuando
debíste de llegar primero?
Cargados de
atenciones
y mil obligaciones
hay pobres
estudiantes doctorados,
pero ante
algunos "fósiles" discurro:
¡Hay ricos
estudiantes rezagados
que merecen mas palos que este Burro!
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- EL
CAZADOR Y LOS PERICOS
-
- Cazador de
bellas aves
- que ni
recuerdo cómo se llama
- quería
plumas finas y suaves
- para el
sombrero de una gran Dama.
-
- Llego hasta
el monte con municiones
- buscando un
ave de real plumaje,
- y por
exceso de precauciones
- se oculta
al punto tras un ramaje.
-
- Pájaros
Bobos pasan en tanto,
- como Talapos
y Clarineros,
- pero sus
plumas de poco encanto
- no eran muy
propias para sombreros.
-
- Ya
regresaba para su casa
- cuando a lo
lejos, vio que venía
- una familia
de aves que pasa
- haciendo
inútil algarabía.
-
- Vaya -se
dijo- no la he perdido
- y no
reniego de este mi viaje,
- pues esas
aves con tanto ruido,
- no hay
duda, tienen bello plumaje.
-
- No tuvo
límites su mudo asombro
- cuando vio
que eran sólo Pericos.
- Colgó sus
armas, levantó el hombro
- y dijo
riendo: ¡Plumones ricos!
-
- Y don tal
chasco muchos revistas
- y libros
nuevos de pelagatos
- que hacen
gran ruido con sus conquistas
- a fuerza de oro, bombos y platos.
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