ZULEIKA MERCED

        Zuleika Merced Nació en San Juan, Puerto Rico en 1950. Actualmente radica en Canovanas en lo que ella llama su montaña y su mundo, rodeada de las bellezas de la naturaleza ya que ve el mar, el Yunque, el verde de sus montañas, su cielo y las estrellas. Curso grados secundarios en la Escuela Gabriela Mistral y luego un grado asociado en secretarial. El amor que siente por la poesía es inmenso y así escribe desde los 13 años; pero es ahora que por primera vez pone a la luz pública sus poemas.
        Sus inspiraciones son sólo versos que se derraman en su alma escribiéndole al amor, la ausencia, lo prohibido, los sueños, la amistad, la vida, la muerte y la ilusión. Su agradecimiento por los seres que han traspasado las fibras mas íntimas de su alma.

SERÉ

Seré la arena que espera por la ola mojada,
con sabor a dulce y sabor agrio sabor a sal.
Algunas veces de agua y otras veces de lodo.
Para ser enredadera de besos en tu piel,
y cada vez que quiera volverte a atrapar,
en el éxtasis sublime de la nada y del todo.

En la lejanía de mis versos y de mi cantar.
Quizás seré paréntesis del tiempo que te atrapa.
Siendo sólo total el murmullo del viento
que en silencio apasionante, se entrega solo.
para ocultar en si total los lamentos de su penar
vagando errante por los confines del cosmo.

Y en la obscuridad absoluta, poderte besar
para amarte en la locura divina de mi pensar.
Tanto, tanto que mucho sería demasiado poco,
poco talvéz quizás como el rezo que imploro
donde no se acaba y aún se vuelve a empezar.

Con las ansias divinas de la pasión y la entrega
Seré quizás lo que tanto se aguarda y se espera.
Como bruma en la noche lejana y distante,
como huída de amantes que en su tormento,
quedán en el aire besos de pasión en la hoguera,
que se pierden errantes tristes mústios con el viento.

Seré más que menos, seré amor mío lo que tú quieras
déjame saciarme de tu boca en flor de primavera,
como navegante, navegar las rutas ocultas de tu cuerpo
para estár en ti amor, como la ola en la playa primera
y que te colme de carícias locas estrellas de deseos.
déjame amarte con la entrega absoluta de mís sueños.

Seré todo y casi nada cuando tú lo quieras
obscuridad de la noche y la luz de la alborada.
te amaré como el cielo se duerme con el horizonte
como besa el día ausente al silencio en sus noches.
Como la calma al fin se adueña, quizás de la tormenta
para reinar en el firmamento estrellas en su derroche.

Seré todo quizás tal vez siendo y resultando en ti nada
eres el amor prohíbido del cantar de mis lamentos
seré la pasión desbordándose en tu playa mojada
como la arena tibia que no sabe si está viva o muriéndo
para escapar solitaria a otro mar quizás a otra playa
para ser sólo la ola que en tu playa se pierda de nuevo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LOS REZOS DE UNA MADRE

Dios tú siempre escuchas a los rezos de una madre.
¿Por qué siento que a mis rezos, tienes oídos sordos?
no hay dolor más profundo que a mi alma taladre
que el que envuelve a mi ser sólo en sollozos.

Si no me pertenece, pero me lo regalaste una tarde, ¿Díme?
¿Cómo hago para destruir
su ausencia de mí poco a poco?
Si se derrama mi alma tras él, como ave errante
para no saber en realidad que rumbo escojo.

Dios, tu siempre escuchas a los rezos de una madre.
¿Por qué siento que viertes sobre mi, tu grave enojo?
Si sabes que él es más que mi vida, mi propia sangre
cual luz y tinieblas, siendo de mi vida el cosmo.

Quizás, Dios, ¿será que se me olvidó cómo rezarte?
Quizás será su vida del tiempo, sólo un poco.
No permitiras que en mis brazos vuelva a quedarse,
permítele un tiempo más mi Dios, del tiempo todo.

Quizás será mi egoísmo, sin saber como amarle,
ó quizás se vierta mi insensatez, convertida en lodo.
Mi amor es corriente que lo arrastra y que no sabe
que él llegará a su mar sin mí esta véz sin mí él sólo.

Y a mis pasos se perdieron y no sabrán como guiarle,
tendrá que caminar los caminos, todos, todos.
Ya no podré en las noches ni siquiera besarle.
¿Por qué mi Dios a mis rezos tienes oídos sordo?

Perdóname Dios, pero tu también si fueras madre
llenarías tu alma hacia tí, de innumerable enojo.
Se me olvida a veces que tu también eres el Padre.
Y posees su caminar, sus sueños, de él, lo posees todo.

Dios tu siempre escuchas a los rezos de una madre.
Devuélvele a él su vida, tú puedes con un sólo soplo.
Así mi alma podrá ir hacia tí en silencio cualquier tarde
y él resurjirá como árbol con nuevas ramas y retoños.

Sólo te ruego que tu amor infinito, a él al fin lo alcanze
sobre él te derrames, cual canción silente, te lo imploro
yo te lo devolveré a tí, como el amanecer de cualquier tarde
aunque mi corazón en mil pedazos, se quede por siempre roto.  

COMO LUZ DE LUNA

Colgada a tu cuello, como luz de luna
de deseos en la playa de tu amor quedarme
navegar en besos, estrellas que se desnudan
para en el oleaje loco de tu pasión, extasiarme.

Colgada a tu cuello, como luz que se oculta
para ser la sombra sólo tuya por un instante
viajando en nubes de amor, envuelta en locura
de llamarte a gritos en el silencio, sin llamarte.

Colgada a tu cuello, como luz en penumbra.
Ansiedad del día que la noche no llegue tarde
para perderse dentro del miedo que la abruma.
Cobardia inaudita el llanto mismo de cobardes.

Colgada a tu cuello, como luz que se burla
oleaje impetuoso sin tiempo de su playa a retirarse.
Haciendo fragmentos en la arena con las burbujas,
para atraparla en sus aguas, para que no se escape.

Colgada a tu cuello, como luz de luna.
Mis labios aún sedientos de ti, no lográn saciarse.
Buscando de tus besos aún la entreabierta ruta
para aprisionarlos de mi boca y de ellos adueñarse.

Colgada a tu cuello, como luz radiante de luna.
Donde quiero dormida, en tus brazos quedarme.
Eres cual luz y sombra, tormentosa de mis angustias,
frescura del mar que en mi playa solo vienes a quedarte.

Colgada a tu cuello como agua cristalina de lluvia,
rocío perdiéndose en vano donde nadie jamás sabe.
Eres el que capitán navegando mi cuerpo con la astucia
anclándose donde nunca jamás, se atrevió antes nadie.

ME QUEDARÉ

Me iré no del todo, me quedaré en el primer beso
pasión que despertó el umbral con tu presencia
donde quedaron tus labios, en los míos presos
despertando así la pasión que creíamos muerta.

Me quedaré en el recuerdo fugaz de tu mirada,
como la noche a solas se duerme con su amor secreto.
Para despertarse sólo en ti mis madrugadas,
para despertar los sueños que estan durmiendo.

Me quedaré, en tu piel donde enterré todos mis besos
ó en las caricias locas, donde ya no se piensa
ó en el recuerdo de tus manos, por todo mi cuerpo
ó en la entrega sublime de lo que no se nombra.

Estaré en el caminar errante de todos tus caminos
donde caminando despacio se apresura la espera.
Con ese amor alocado, sabiendo tan prohíbido,
se torna imposible desear lo que tanto se desea.

Quiero quedarme en ti, como río que del agua se adueña
donde la corriente te arrastra, violenta a lo desconocido
donde sus aguas turbias sin querer te atormentan,
y prefieres el naufragio, errante, de lo que has vivido.

Me quedaré en ti como gota solitaria del rocío,
como el pétalo del beso, primera flor que te diera.
Como lo está tan ligados el fuego al mismo frío,
como está tú pensamiento ligado a tu conciencia.

Estaré en el sabor suave de tus besos y los míos
me quedaré tan dentro de ti, como tus primaveras.
En tu silencio interrumpiré todos los sonidos
para estar en tu canción, la tuya predilecta.

Así de inmenso es nuestro amor, en nuestra existencia
que aunque lejos, aún estaremos más unidos
mientras existan el cielo, tú y las estrellas me quedaré,
cuando pasado el tiempo, regresaré a ti por el mismo olvido
y me pensaras más aún, aunque tu no quieras.

SOÑÉ CON SER UN POETA

Soy una simple ama de casa que soñó con ser poeta
y versos naufragaban en el mar de la inspiración.
Pude haber soñado, que quería ser quizas la reina.
tal vez algún día llegar, pude haber soñado, ser doctor.

Sólo quise soñar, que quería ser sólo quizás poeta
para así poder aliviarles a todos las penas del corazón
y abrirles las ventanas a los versos, mantenerlas abiertas
para soñar las inmensidades, absolutas de la creación.

Pude haber soñado que quería, ser una gran arquitecta,
¿Para qué? Diseño los puentes y caminos, esos los escribo yo.
Los míos son indestructibles, soportan cualquier tormenta.
Los de la arquitecta los puede arrancar cualquier ciclón.

Después pude haber sido una destacada brillante jueza.
Pensé, ¿para qué? si la justícia de los hombres le pertenece a Dios.
Así que sigo pensando, soñando simplemente con ser poéta
puedo ser lo que quiera, quizás hasta los versos de una canción.

Puedo ser el mismo mar en su inmensidad cuando yo lo quiera
quizás en el cielo. Puedo ser el sol siendo estrellas del fulgor
puedo viajar el mundo cuando decida, estar en él sin fronteras
puedo ser de la risa, la alegría, ser llanto, talvéz ser la desilución.

Aún prefiero soñar, con el mundo secreto, imaginario del poeta.
El doctor sólo alivia las penas del cuerpo, de las almas las curo yo.
La jueza sólo aplica lo que lee, estática sin darle riendas sueltas,
presa en su propia prisión, le falta la libertad de la imaginación.

La Reina con toda la corte, depende de ellos, está más aún presa.
No puede ver los amaneceres como en su esplendor los veo yo.
Así que seguiré soñando con la rima, siendo un simple poeta
que viaja por los rincones absolutos divinos, de la inspiración.

Soñaré sólo ser el dulce de los sueños intangibles de los poetas
como río de agua cristalina, sus versos navegan cualquier rincón.
Soñaré con la ilusión de la entrega del amor que quizás no llega
derramaré en el suelo las rimas, mi sueño lo convertiré ilusión.

Ser sólo el silencio que habla en las tardes con lo que se sueña,
siendo la belleza del atardecer, o ser el coquí con su alegre canción.
Seré todo esto más, que siendo arquitecta, o quizás doctor o jueza.
Estaré en los caminos del verso y seré rima del sueño que me inspiró.

Soy una simple ama de casa que soñó simplemente con ser poeta.
No quiero ser jueza, ni arquitecta, tampoco quiero ser doctor.
Quiero ser el mejor verso, y la rima, canción del sueño de un poema,
quiero soñar que soy poéta, ser lluvia, luna, viento mar y ser el sol.

HOY A ZULEIKA SE LE DURMIÓ EL PENSAMIENTO

        Hoy mis palabras se despertaron vagas, peleándose entre sí con el pensamiento.
       Que no querían despertarse a la rutina diaria de las palabras y rimas ausentes, hoy que hoy que se besan con mis versos.
       Hoy, sería talvéz la mañana, sería tal vez tantos recuerdos. Pero mis palabras estaban apagadas en la profundidad de los sueños. Creo que fueron los suspiros de los besos que se perdieron. Quizás la rutina fue la que durmió hoy a mis atrevidos versos. No sabía que querían mis malditos traviezos versos, estaban acostumbrados a la poesía loca sin remedios. Despierten que la melancolía se apodera del recuerdo.
       No sé si fueron las palabras que se ausentaron de mis versos, despierten les gritaba en la lejanía, furiosos los luceros. La mañana que los obliga a escribir lo que pienso, creer no podía, lo que estaba ella viendo. Se apresuró a la luna, a contarle en secreto. ¿Sabes Luna que a Zuleika se le perdió el pensamiento?. ¡Mentira como loca saltaba la Luna, y entonces, ¿adónde yo me quedo? será que está dormida, ¿crees? de escribir los te quieros. El sol, que quieto observaba debajo, en silencio de un lucero, abrió de sus rayos la ventana, gritando como un loco, ¿que rayos están diciendo? Que a Zuleika se le durmió el pensamiento, te lo juro, me lo dijo la mañana, te lo juro ahora mismo, se lo está diciendo al viento. El viento le grito al sol lo que la mañana decía, que era cierto. Sí, decía el viento que lloraba en silencio silente, es cierto, a Zuleika esta mañana se le durmió el pensamiento. Dice que está agotada de escribirle al recuerdo.
       En eso pasa la lluvia, siempre espaciada en el tiempo, en el umbral ausente de los lamentos. Acostumbrada a aperecer cuando le da la gana, por la ruta del silencio, no podía oír, con voz clara, lo que el viento le está diciendo. Imposible desconsolada gritaba, ¿qué a Zuleika se le duerma el pensamiento? Será que está cansada de escribir "los te quieros". Si sabe que me derramo en los atardeceres del recuerdo.
       Cada vez que a ella le da la gana, hago lo que le da la gana, cuando quiere que me bese con el viento. ¡Mentira, mentira! gritaba la lluvia asustada, ¡no puedo creerlo!
       Que a Zuleika esta mañana se le haya dormido el pensamiento. Será que sólo descansa en el mar de los recuerdos, ¿(Donde me quedaría yo) si me saca de sus versos? ¡si siempre me derramo en su lluvia de recuerdos!. La lluvia apresurada cae al mar llorando con el viento. Le pregunta al mar, mar ¿qué sabes? ¿dime? si es cierto. ¿Qué a Zuleika esta mañana se le ha dormido el pensamiento? ¿Qué dices mujer lluviosa? es sólo que está durmiendo, por qué tanto se alborotan, soy yo el que lo tengo. Es que me he cansado de que me encierre en el baúl de sus recuerdos.
       Siempre que se le antoja, me obliga a retirarme al mar de mis silencios. Así que ve y dile lluvia, que yo tengo todos sus versos, que Zuleika sólo está descansando de tantos lamentos, pero que les prometo, tempranito que mañana, a Zuleika le devuelvo sus versos, sólo si me promete estar en sus versos de nuevo. Así la lluvia, apresurosa se derrama en el arcoiris, que estaba también, a solas, temiendo, que a Zuleika esta mañana se le duerma el pensamiento. Y le dice con alboroto la lluvia, a todos riendo, hagamos fiesta de palabras, para despertarle el pensamiento, que hoy a Zuleika se le escaparon los versos, pero ya verán de nuevo mañana como yo, se los despierto, me lo ha prometido el mar, que va a devolvérselos.
       Así que era cierto, a Zuleika esta mañana se le durmió el pensamiento. Sí, sí era cierto, pero cuando se despierte estáremos todos en sus versos nuevos. Así que Zuleika despiertate temprano mañana de ese sueño. Que no se crean las palabras que se te olvidó el verso. Que todos esperamos a besarnos, cuando lo quieras de nuevo, y si quieres, a ocultarnos en la letra de tus versos, para abrir las palabras tuyas del baúl de los recuerdos. Pero no permitas nunca jamás, que se te duerma el pensamiento. ¿Dime? que harías Zuleika sola, sin la compañía de nosotros, tus versos. ¿Donde derramarías tu alma? Dime volviéndote a solas, en sentimiento.

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