POESÍA AZTECA

        Antes de la llegada de los Aztecas a Tenochtitlán, existían prósperos pueblos nahuas, como los Toltecas y su resplandeciente ciudad de Teotihuacán, pero a finales del siglo IX antes de Cristo, la cultura tolteca colapsó y Teotihuacán quedó abandonada.

        La causa, o causas, de la ruina de Teotihuacán no está muy claro. Sin embargo, la civilización tolteca resurgió poco después con otra esplendorosa ciudad: Tula, situada a sólo 70 km. de la hoy moderna ciudad de México. Pero entonces, muchos pueblos nahuas se iban asentando en el valle de México: Texcoco, Coyoacán, culhuacán, chalco, etc.... fue así como en el siglo XIII llegaron al valle los Mexica o Aztecas.

        Se les conocía como "el pueblo cuyo rostro nadie conocía". Inicialmente los aztecas fueron arrojados donde sea se establecían, pero más o menos en 1325, llegaron al lago Texcoco, en el Valle de Anáhuac. En medio de este lago había un islote, y en él, un águila parada en un nopal devorando una serpiente, esta era la tanto tiempo buscada señal de su dios Huitzilopóchtli... esta era su tierra prometida..., y los mexicas, en medio del islote, fundaron la ciudad de Tenochtitlán...

        Eventualmente, todos los pueblos nahuas de la región cayeron bajo el nuevo imperio Azteca, y cuya capital fue siempre Tenochtitlán.

        Las avanzadas civilizaciones mesoamericanas, como los toltecas y aztecas, llamaba Chichimecas ("los del linaje de los perros", en náhuatl), a los pueblos nahuas del norte, pues los consideraban bárbaros y salvajes... Pero este bárbaro y salvaje pueblo chichimeca legó a la humanidad a un gran poeta de lengua náhuatl: Netzahualcóyotl.

COMO UNA PINTURA
NOS IREMOS BORRANDO
 
¡Oh, tú con flores
pintas las cosas,
Dador de la Vida:
con cantos tú
las metes en tinte,
las matizas de colores:
a todo lo que ha de vivir en la tierra!
Luego queda rota
la orden de Águilas y Tigres:
¡Sólo en tu pintura
hemos vivido aquí en la tierra!
hemosvivido
 
En esta forma tachas e invalidas
la sociedad de poetas, la hermandad,
la confederación de príncipes.
Metes en tinta
matizas de colores
a todo lo que ha de vivir en la tierra.
Luego queda rota
la orden de Águilas y Tigres:
¡Sólo en tu pintura hemos venido a vivir aquí en la tierra!
 
Aun en estrado precioso,
en caja de jade
pueden hallarse ocultos los príncipes:
de modo igual somos, somos mortales,
los hombres, cuatro a cuatro,
todos nos iremos,
todos moriremos en la tierra.
 
Percibo su secreto,
oh vosotros, príncipes:
De modo igual somos, somos mortales, los hombres, cuatro a cuatro,
todos nos iremos,
todos moriremos en la tierra.
 
Nadie esmeralda,
nadie oro se volverá,
ni será en la tierra algo que se guarda:
Todos nos iremos
hacia allá igualmente:
nadie quedará, todos han de desaparecer:
de modo igual iremos a su casa.
 
Como una pintura nos iremos borrando,
como una flor
hemos de secarnos
sobre la tierra,
cual ropaje de plumas
del quetzal, del zacuán,
del azulejo, iremos pereciendo.
Iremos a su casa.
 
Llegó hasta acá,
anda ondulando la tristeza
de los que viven ya en el interior de ella...
No se les llore en vano
a Águilas y Tigres...
¡Aquí iremos desapareciendo:
nadie ha de quedar!
 
Príncipes, pensadlo,
oh Águilas y Tigres:
pudiera ser jade,
pudiera ser oro,
también allá irán donde están los descorporizados.
Iremos desapareciendo:
nadie ha de quedar!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COMIENZA YA...
 
Comienza ya, canta ya
entre flores de primavera,
príncipe chichimeca,
el de Acolhuacan.
Deléitate, alégrate,
huya tu hastío, no estés triste...
¿Vendremos otra vez
a pasar por la tierra?
Por breve tiempo
vienen a darse en préstamo
los cantos y las flores del dios.
 
¡En la casa de las flores comienza
el sartal de cantos floridos:
se entreteje: es tu corazón,
oh cantor!
 
Oh cantor, ponte en pie:
tú haces cantar,
tú pones un collar fino
a los de Acolhuacan.
En verdad nunca acabarán las flores,
nunca acabarán los cantos.
 
Floridamente se alegran nuestros corazones:
Solamente breve tiempo
aquí en la tierra.
Vienen ya nuestras bellas flores.
Gózate aquí, oh cantor,
entre flores primaverales:
Vienen ya nuestras bellas flores.
 
Se van nuestras flores:
nuestros ramilletes,
nuestras guirnaldas
aquí en la tierra...
¡Pero sólo aquí!
 
Debemos dejar
la ciudad, oh príncipes chichimecas:
No llevaré flores,
no llevaré bellos cantos
de aquí de la tierra...
¡Pero sólo aquí!
 
Donde es el reparto, donde es el reparto
vino a erguirse el Árbol Florido:
con él se alegra, e irrumpe
mi hermoso canto.
 
Ya esparzo nuestros cantos,
se van repartiendo:
tú con quien vivo,
estás triste:
¡Que se disipe tu hastío!
¡Ya no esté pensativo tu corazón!
¡Con cantos engalanaos!
 

        Las obras de  Nezahualcóyotl abarcan la naturaleza, la relación hombre-dios, y lo celestial. Pero también cubrió alegorías guerreras, elegías, y hasta profecías...

NOS ENLOQUECE
EL DADOR DE LA VIDA
 
No en parte alguna puede estar la casa del inventor de si mismo.
Dios, el señor nuestro, por todas partes es invocado,
por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
Él es quien inventa las cosas,
él es quien se inventa a sí mismo: Dios.
Por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
 
Nadie puede aquí,
nadie puede ser amigo
del Dador de la Vida;
sólo es invocado,
su lado,
junto a él,
se puede vivir en la tierra.
 
El que lo encuentra
tan sólo sabe bien esto: él es invocado;
a su lado, junto a él,
se puede vivir en la tierra.
 
Nadie en verdad
es tu amigo,
¡oh Dador de la Vida!
Sólo como si entre las flores
buscáramos a alguien,
así te buscamos,
nosotros que vivimos en la tierra,
mientras estamos a tu lado.
Se hastiará tu corazón,
sólo por poco tiempo
estaremos junto a ti y a tu lado.
Nos enloquece el Dador de la Vida,
nos embriaga aquí.
Nadie puede estar acaso a su lado,
tener éxito, reinar en la tierra.
 
Sólo tú alteras las cosas,
como lo sabe nuestro corazón:
nadie puede estar acaso a su lado,
tener éxito, reinar en la tierra.
 
 
¿ERES TÚ VERDADERO?...
 
¿Eres tú verdadero?
Sólo quien todas las cosas domina,
el Dador de la Vida.
¿Es esto verdad?
¿Acaso no lo es, cómo dicen?
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!
Todo lo que es verdadero
dicen que no es verdadero.
El Dador de la Vida
sólo se muestra arbitrario.
 
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!
Porque él es el Dador de la Vida.

Tamen

 
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