JOSÉ SANTOS CHOCANO
1867-1934
I - EL CHARROViste de seda: alhajas de gran tono; |
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II - EL LLANEROEn su tostada faz hay algo sombrío: |
III - EL GAUCHOEs la Pampa hecha hombre; en un pedazo |
BLASÓNSoy el cantor de América autóctono y salvaje; |
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TROQUELNo beberé en las linfas de las castalia fuente, |
¡QUIÉN SABE!Indio que asomas a la puerta |
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LOS VOLCANESCada volcán levanta su figura,
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Hace ya diez años
que recorro el mundo.
¡He vivido poco!
¡Me he cansado
mucho!
Quién vive de prisa no vive de veras,
quién no echa raíces no puede dar
frutos.
Ser río que recorre, ser nube que pasa,
sin dejar recuerdo, ni rastro
ninguno,
es triste, y más triste para quién se siente
nube en lo elevado, río
en lo profundo.
Quisiera ser árbol mejor que ser ave,
quisiera ser leño mejor
que ser humo;
y al viaje que cansa
prefiero terruño;
la ciudad nativa con
sus campanarios
arcaicos balcones, portales vetustos
y calles estrechas, como
si las casas
tampoco quisieran separarse mucho...
Estoy en la orilla
de
un sendero abrupto.
Miro la serpiente de la carretera
que en cada montaña da
vueltas a un nudo;
y entonces comprendo que el camino es largo,
que el terreno
es brusco,
que la cuesta es ardua,
que el paisaje es mustio...
¡Señor! ¡ya
me canso de viajar! ¡Ya siento
nostalgia, ya ansío descansar muy junto
de los
míos!... Todos rodearán mi asiento
para que les diga mis penas y mis triunfos;
y
yo, a la manera del que recorriera
un álbum de cromos, contaré con gusto
las
mil y una noches de mis aventuras
y acabaré en ésta frase de infortunio:
-¡He
vivido poco!
-¡Me he cansado mucho!
A diferencia de Santos Chocano, la vida de María Eguren fue más simple y fue menos conocido como poeta. Su precaria salud desde su infancia lo llevó a vivir muchos años en el campo, y el contacto con la naturaleza fue pivotal en el sentido de su poesía. Se trasladó a Barranco, una tranquila villa-balneario cerca de Lima, donde residiría en paz por más de treinta años. Por último y debido a la ruda situación económica familiar, se traslada a Lima donde fungió como bibliotecario del Ministerio de Educación.
MARCHA FÚNEBRE
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LA NIÑA DE LA LÁMPARA AZULEn el pasadizo nebuloso |
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EL ANDARÍN DE LA NOCHEEl oscuro andarín de la noche |
En los jardines otoñales,
bajo palmeras virginales,
miré pasar, muda y
esquiva
la Pensativa.
La ví en azul de la mañana,
con su mirada lejana;
que
en el misterio se perdía
de la borrosa celestía.
La ví en rosados barandales
donde
lucía sus briales;
y su faz bella vespertina
era un pesar en la neblina...
Luego
marchaba silenciosa
a la penumbra candorosa;
y un triste orgullo la encendía
¿qué
pensaría?
¡Oh, su semblante nacarado
con la inocencia y el pecado!
¡oh,
sus miradas peregrinas
de las llanuras mortecinas!
Era beldad hechizadora;
era
el dolor que nunca llora;
¿sin la virtud y la ironía
que sentiría?
En la
serena madrugada,
la ví volver apesarada,
rumbo al poniente, muda, esquiva
¡La
Pensativa!